Javier Melgarejo, psicólogo escolar español, estudió el sistema
educativo de dicho país por más de una década. Aquí, las claves del
primer puesto en el informe PISA. Los niños finlandeses de hoy estarán
el día de mañana entre los profesionales más preparados del mundo. No
lo predice ninguna bola de cristal, lo auguran datos objetivos. Desde
que la OCDE comenzara en el 2000 a elaborar su informe PISA, Finlandia
ha acaparado los primeros puestos del podio en Europa por su excelente
nivel educativo. Dispuesto a dar con la clave del éxito finlandés, el
psicólogo escolar y entonces director del colegio Claret de Barcelona,
Javier Melgarejo, comenzó a estudiar su sistema educativo hace más de
una década. Lo primero que pudo constatar fue que, entre los 4 y 5
años, más de la mitad de los niños acuden a guarderías y no empiezan el
colegio hasta los 7 años. Dos años después, sus puntuaciones son mejores
que el resto de los países estudiados por la OCDE. Durante los
primeros seis años de la primaria los niños tienen en todos o en la
mayoría de sus cursos el mismo maestro, que vela por que ningún alumno
quede excluido. Es una manera de fortalecer su estabilidad emocional y
su seguridad. Hasta el quinto grado no hay calificaciones numéricas,
pues, según señala el experto, no se busca fomentar la competencia entre
alumnos ni las comparaciones. La jornada escolar suele comenzar sobre
las 8:30 a.m. hasta las 3 p.m. En total, suman 608 horas lectivas en
primaria con deberes en casa que no son muy exigentes. "El éxito
finlandés se debe a que encajan tres estructuras: la familia, la escuela
y los recursos socioculturales. Los padres tienen la convicción de que
son los primeros responsables de la educación de sus hijos, por delante
de la escuela", indica Melgarejo. LOS MEJORES PROFESORES Asimismo,
señala que la diferencia radica en la elevada calificación académica del
profesorado en Finlandia, principalmente en educación primaria. Los
finlandeses consideran que el tesoro de la nación son sus niños y los
ponen en manos de los mejores profesionales del país. Para ser docente
se necesita una calificación de más de 9 sobre 10 en sus promedios
generales, y se requiere, además, una gran dosis de sensibilidad social.
Cada universidad escoge a sus aspirantes a profesores con una
entrevista para valorar su capacidad de comunicación y de empatía, la
explicación de un tema ante una clase, una demostración de aptitudes
artísticas, una prueba de matemáticas y otra de aptitudes tecnológicas.
"Son las pruebas más duras de todo el país", asegura Melgarejo.